a Luis Almanza Romero cuya presencia habita la calma de un domingo por la tarde y un relato prodigioso de itinerario.
Es el alma un niño pícaro y mocoso,
la tierra acre y un portal en Quillacollo.
Habla Lucho a su hermana del otoño…
¡Habla el río y sueña el monte en su reposo!
1 commentaire:
Lucho de la Tierra
Lucho de la Vida
Lucho de la Historia
Lucho del Eterno Valle Quillacollo
Siempre Lucho del Alma
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